Configuració de privacitat
Nos encontramos en un momento en el que parece que todas la acciones de comunicación deben de pasar por un pantalla, ya sea pequeña o grande. La experiencia como profesionales de la comunicación nos dice que no es así, intervienen distintos factores.
Parte de nuestra tarea consiste en asesorar nuestros clientes en el uso de las herramientas que creemos que pueden serles mas rentables para conseguir sus objetivos. Es por este motivo que cuando nos plantean hacer un catálogo impreso de 80 páginas, crear una app para vender en línea o enviar un mailing electrónico con ofertas, les preguntamos el motivo, el objetivo y el público a quien se dirigen. Es decir, ¿qué quieren conseguir con esta acción?¿A quién va dirigida? Dicho de otra forma, seria como preguntar si el público al que se quiere llegar con una app dispone de un smartphone.
El objetivo final es hacer una reflexión conjunta para acabar produciendo una pieza que sea útil. Por que, ¿qué pasa si creamos una app que permita comprar online y nuestro target no usa ninguna de las plataformas vinculadas a Internet? Y si hacemos un catálogo impreso y que resulta que debemos actualizarlo cada quinze días, ¿será funcional? O un mailing ¿a quién se lo mandaremos si nuestro target no usa habitualmente el correo electrónico?
A veces, debemos para un momento y ponernos en la piel de nuestro público objetivo. Debemos saber identificar qué necesidades, costumbres o preferencias tiene. Si hacemos bien este trabajo previo, después será más fácil definir la mejor manera de relacionarnos con él.
Es verdad que quién no se comunica no existe, per hacerlo erróneamente puede conllevar una pérdida de recursos (tiempo, dinero,…) difíciles de recuperar.