Configuració de privacitat
Cuando decimos que ‘menos es más‘ no estamos descubriendo nada nuevo. Esta idea tiene sus orígenes en el mundo de la arquitectura: el minimalismo. Un movimiento que surgió a finales de los años 60 en Nueva York de la mano del alemán Ludwig Mies van der Rohe.
Actualmente podemos decir que el minimalismo se ha establecido como uno de los principales pilares en la creación de una imagen corporativa, ya que existe una tendencia a eliminar aquellos elementos pesados, no justificados, que son puramente guarnición y que están vacíos de significado. La reducción de las formas a lo elemental y la idea de buscar la emoción a través de la mínima expresión han tomado una gran fuerza en el mundo del diseño.
Recordemos que el logotipo de una empresa, asociación o entidad es el signo gráfico con el que se identifica ésta, por tanto, la mínima expresión que representa un conjunto de personas, valores, productos, modelo de trabajo… por este motivo debemos tener en cuenta algunos aspectos en su creación y/o elección:
– La sencillez
– La aplicabilidad (que funcione en cualquier formato y sobre cualquier soporte
– El significado
– La singularidad
– La perdurabilidad en el tiempo (que no se vea desfasado cuando pase medio año)
– El color
– La emoción
La identidad corporativa de una empresa es su tarjeta de presentación, su cara, y de ella dependerá la imagen que cada persona tendrá de la empresa.