Configuració de privacitat
Si hemos decidido que nuestra empresa debe tener presencia en Facebook hay que considerar una cuestión primordial: la diferencia entre una cuenta de usuario y una página. Según la normativa de esta red social, los perfiles o cuentas son exclusivos para los usuarios de carácter personal mientras que las empresas, instituciones y marcas deben tener una página y no un perfil personal.
¿Qué sucede si hemos cometido el error de crear un perfil para nuestra empresa? Podemos resolver el problema haciendo una conversión a través de este enlace https://www.facebook.com/help/www/116067818477568. Con este proceso, que deberemos realizar con especial atención desde la cuenta o perfil corporativo, Facebook nos convertirá la cuenta en una página con el mismo nombre y los mismos amigos (aunque éstos se convertirán en seguidores). La página estará administrada inicialmente a través una cuenta comercial, que no viene a ser nada más que un perfil limitado y prácticamente invisible.
El proceso no es complicado, aunque debemos ser sinceros, tiene un gran inconveniente: perderemos las publicaciones realizadas hasta entonces, así que si hay algún contenido cuya pérdida nos entristezca, habrá que descargarlo previamente (incluso si Facebook nos ofrece hacer una copia de seguridad).
Ahora bien, podemos sufrir otra situación más rocambolesca: que nuestra empresa tenga una cuenta de usuario y también una página. Según la cantidad de amigos o seguidores de cada una, podremos considerar varias opciones. La más habitual será avisar a los amigos de la cuenta corporativa que ésta se cerrará y que pueden seguirnos a través de nuestra página. Antes de eliminar nuestra cuenta corporativa debemos asegurarnos que hay más de un administrador en la página o correremos el riesgo de perderla.
Es importante hacer las cosas bien si no queremos arriesgarnos a que el señor Mark Zuckerberg se enfade y nos cierre la cuenta de usuario de golpe y sin avisar. Algo que por cierto nos debe alertar de que, a diferencia de un portal web, nuestros perfiles y páginas en Facebook no son de nuestra propiedad, por lo que no deberían ser nuestro único escaparate en Internet.