¿Hemos de insistir sin descanso?

El comentario de un cliente nos ha permitido reflexionar sobre el papel de una empresa que presta servicio a las empresas. El comentario –absolutamente anecdótico- decía algo como que gracias a nuestra insistencia el proyecto que compartimos puede avanzar y que, de hecho, nosotros insistimos sin descanso hacia ellos y ellos, a la vez, insisten sin descanso hacia otro y así se crea la rueda…

Insistir sin descanso, en el sentido más positivo de la palabra, no quiere decir nada más que hacer el seguimiento de los proyectos que iniciamos, que llevamos a cabo, con el fin de que no se abandonen y que terminen llegando a puerto. Tenemos que empujar. Creemos que somos una de las fuerzas para que los proyectos avancen y pensamos que la mayoría de las empresas aceptan esta fuerza y agradecen este acompañamiento. La mayoría de las compañías tienen abiertos distintos frentes de actuación (¿puede que demasiados?) y eso dificulta conseguir que avancen todos de forma paralela, sin que ninguno de ellos se quede atrás o termine descolgándose.

A lo mejor esa anécdota nos debería hacer reflexionar más profundamente sobre el porque de la necesidad de esta ‘insistencia externa a las empresas’… ¿Incapacidad o poca voluntad de delegar? ¿Falta de planificación? ¿Estructuras demasiado jerárquicas? O simplemente ¿exceso de trabajo?

En comunicación, como en cualquier otro ámbito de la empresa, la planificación es indispensable, así como es recomendable que las acciones tengan un responsable que disponga de la máxima capacidad de decisión y actuación que sea posible para evitar frenazos en medio del desarrollo.

Entretanto, insistiremos sin descanso siempre que sea necesario.